La actriz Jennifer Lawrence está tan preocupada por su imagen en las distintas alfombras rojas que pisa, que no puede evitar sentirse nerviosa por la elección del vestido que lucirá en los premios Óscar del próximo 2 de marzo, donde está nominada a mejor actriz de reparto por su papel en 'La gran estafa americana'.

"¿Emocionada? Estoy intentando volver a recordar lo que es sentir emoción con las pruebas de vestidos. He tenido una prueba en Atlanta y creo que tendré la prueba final el mismo día de la ceremonia. Así que espero que me quede bien", señaló al portal Deadline.

La actriz estadounidense vestirá un diseño de Dior, casa a la que le une desde 2012 un contrato de tres años que podría reportarle entre 15 y 20 millones de dólares (entre 11 y 14 millones de euros). Aunque los detalles del vestido elegido son una incógnita, seguramente sea muy distinto al que lució durante su aparición en la cinta de David O'Russell, donde se le pudo ver con un ceñido vestido blanco que dejaba poco lugar a la imaginación.

"Jennifer y yo nos divertimos mucho con su personaje. Realmente queríamos que fuera una persona no muy correcta vistiendo, que no fuera vestida de forma apropiada, por exceso o por defecto, utilizando prendas que no le quedaran muy bien a su cuerpo", comentaba recientemente el diseñador de vestuario Michael Wilkinson.