Para la diva de raíces latinas parece no haber pasado el tiempo. Después de haber dado a luz a mellizos sigue teniendo un cuerpo de infarto. Y, por supuesto, su atributo más exhuberante y aplaudido por el público sigue intacto.

Durante el concierto gratuito que realizó en su lugar de nacimiento, el Bronx de Nueva York, Jennifer López encendió el show con movimientos sensuales de caderas en compañía de sus bailarines, pero a uno de ellos se le fue un poco la mano, ya que le dio un buen apretón y caricias al trasero de la cantante.

J-Lo es muy consciente de sus privilegiadas pompas, por eso, a pedido de sus propios hijos Max y Emme, incluyó en su disco toda una canción dedicada a su 'big bootie', y este  privilegiado bailarín tuvo la dicha de disfrutar de las maravillosas curvas de Jennifer.