Llegó el día que todos temíamos. Nico Garzia, con un aire a derrota y decepción, retificó su decisión de salir del negocio de los grandes shows, puesto que no genera las ganancias esperadas y está cansado de “trabajar para otros”.

Garzia Group se encargó de producir los conciertos más multitudinarios y memorables del país, pero detrás de la perspectiva del espectador que ve una descomunal cantidad de personas disfrutando de un show está la realidad de los números, que no muchas veces cierran.

“Está bien cumplirle el sueño a la gente, pero uno tiene que morfar”, declaraba Garzia exponiendo la realidad que muchos amantes de la música no queremos ver.

El productor también habló de la gran cantidad de impuestos que debe pagar por show. “Uno puede hacer las cosas bien, quiere hacer las cosas bien, pero es muy difícil hacer las cosas bien cuando uno no está en el poder, cuando uno no está en la Municipalidad, no está en Tributación, en APA, porque tenés que pagar 4% de Municipalidad, 10% de IVA, 10% de Renta, sale la retención al artista, todo eso es lo que hay que pagar,”.

“Si vos recaudaste en un concierto como el de Metallica, entre auspicios y entradas 2 millones de dólares, menos el 24.5% que se te descuenta en impuestos, porque tenés que pagar APA 10%, Municipalidad 4%, SGP (que es un invento nuevo) 1% o 0,5%, tenés que pagar renta (10%) y empezás a sumar y trabajás para el resto y entonces dice 'Boludo, me voy a ir trabajar en el supermercado con mi suegro de acomodador, de repositor y voy a tener mi sueldo y voy a ser feliz, voy a ganar bien y no me voy a meter problemas en la cabeza”., explicó

Garzia decidió arriesgarse y hacer realidad lo imposible, se ganó el hecho de ser la persona que logró hacer historia con cada espectáculo que trajo al país, pero, según explicó, no todos sus logros tienen la recompensa que esperaba. “Ya está, cumplí los sueños, todo eso que la gente quería, pero me rompí el c... y ese es mi dolor porque me quiero dedicar a otra cosa y no hacer más conciertos.

No cabe duda de éste es un golpe bajo para miles de fanáticos que albergaban la esperanza de ver actuar a sus ídolos en su país. Para Paraguay fue un sueño muy lindo, todavía no queremos despertar.