El crimen del periodista Santiago Leguizamón aquel 26 de abril de 1991, cumplirá fatídicamente 30 años en éste 2021. Treinta años de no poder esclarecerse pese a las promesas de cada gobierno y que ahora se llega a organismos internacionales ante la inactividad estatal que la viuda; Ani Morra y sus hijos, ya habían señalado anteriormente.
Recordemos que Leguizamón era propietario de ZP31 Radio Mburucuyá, de Pedro Juan Caballero, en Amambay. Conducía el programa mañanero "Puertas Abiertas", fue corresponsal del desaparecido diario Noticias y Canal 13, además de otros medios en el pasado como diario abc y Última Hora. Leguizamón fue asesinado cuando se dirigía en su vehículo a un conocido restaurante. Una de sus últimas palabras las daría conversando con Humberto Rubin en radio, cuando ante la insistencia de éste de que se cuide, Leguizamón le respondería:"Hay dos clases de muerte, Humberto. Una es la muerte material, la muerte física. Y otra es la muerte cuando uno abandonó la ética y la voluntad de trabajo".
Fue baleado por sicarios, presuntamente pagados por un capo narcotraficante de frontera, a quién el periodista lo venía denunciando. En su momento, el asesinato conmocionó a todo un país, pero de a poco, la cuestión fue quedando en el olvido.
Ahora, todo toma un nuevo rumbo ya que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos el caso. De esta forma, el estado paraguayo deberá afrontar un juicio.
"A nosotros como víctimas nos corresponde presentar una escrito con detalles y pruebas. También, la Comisión tiene que presentar todas las pruebas para que en la Corte se de una especie de juicio", detalló el abogado Dante Leguizamón, hijo de Santiago, al diario Última Hora.
"El estado paraguayo manifestó su interés en reparar la situación, pero sin mostrar una voluntad política o con una intención real de trabajar", especificó, razón por la cual recurrió junto a su familia a la CIDH.
Recordó incluso que en diciembre del año pasado, se reunieron con autoridades buscando una salida, pero no hubo mayor respuesta.
"Nos preguntaron cuánto sería nuestra pretensión de indemnización, y nos informan que el Estado no puede hacer más nada. Que el asesinato está prescripto, según la ley brasileña. No arrimaron información en el sentido de si eso se podría revertir, reabrir el caso, etc. Les insistimos que hay responsables intelectuales: El vínculo Fad Yamil (conocido empresario de frontera) con Andrés Rodríguez (expresidente) y otros”, explicó.
Cabe recordar que el crimen ocurrió durante el gobierno del general Andrés Rodríguez, líder del célebre golpe del 2 y 3 de febrero, señalado no sólo en varias oportunidades como narcotraficante, sino también como un hombre de profundos vínculos con el clan Yamiil de la misma ciudad.
Un año después del asesinato, los autores materiales fueron detenidos por la policía brasileña. Eran José "Tiro Certo" Araulho, José Aparecido de Lima y Bras Vaz de Moura. No sólo confesaron el actuar sino que afirmaron que fue un encargo de Daniel Alvares Georges (hijo de Fahd Yamil) y su primo Luis Enrique Tulú Georges.
Pese a la orden detención Tulú Rodríguez Georges se movía con toda tranquilidad por la zona. Hasta que fue eximido de prisión con una controversial resolución del juez Albino Aquino. Si bien, Tulú continuó vinculado a la causa, nunca más fue molestado.
Pese a la impunidad, las vueltas de la vida dejaron su marca. Uno de los autores del asesinato, Ze Lima, fue muerto de 80 balazos en Ponta Pora. Otro de los sicarios; José Araulho, desapareció, presuntamente habría sido asesinado, al igual que Braz Vaz de Moura, otro de los sindicados como autor material.
Siguiendo con esta línea, Daniel Álvares Georges (hijo de Fadh Yamil) lo consideraron desaparecido mientras que el primo, "Tulú" Georges, fue muerto en plena calle de Pedro Juan Caballero mediante 17 balazos (igual que como murió Leguizamón).
Fuentes de Pedro Juan Caballero, señalan que Daniel ÁLvarez Georges fue asesinado por orden del mismo Tulú, por un problema de drogas. Cuentan que cuando Fadh Yamil (papá de Daniel) se enteró enfureció y mandó asesinar a su sobrino, algo que nunca pudo comprobarse.
Pese a toda esta conclusión, la familia de Santiago Leguizamón continúa buscando una respuesta concreta del estado.