La carismática actriz de 41 años ha preferido renunciar a la maternidad, y aunque fue una decisión difícil no está arrepentida de ella, sino que considera que ser madre no es lo suyo y prefiere no tener que estar preocupada por otra persona en todo momento.

“Tener un niño supone una cantidad de trabajo inmensa. No me gusta la idea de ser responsable de otras vidas más allá de la mía. Lo cierto es que es una decisión que me ha puesto las cosas más sencillas. Un bebé supone estar pendiente todo el día, cada día, durante al menos 18 años. Así que no tener uno sí hace las cosas más fáciles, aunque eso no significa que sea una decisión fácil de tomar”,  explicó a la revista 'Esquire'.

“Aunque me gusta proteger a los demás, no estoy diseñada para ser madre. Claro que lo tengo mucho más fácil que cualquiera de ellas en ese sentido, sencillamente es así, pero eso no significa que mi vida no siga siendo difícil en ocasiones”, continuó relatando la simpática actriz, quien asegura que no le importa lo que piensen lo demás acerca de su vida privada.