Aunque la exuberante Scarlett Johansson se convertirá próximamente en una mujer casada tras confirmar su compromiso matrimonial con Romain Dauriac, eso no le impide seguir presumiendo del magnetismo que siempre ha irradiado para el sexo opuesto, una atracción que, sin embargo, se basa más en sus habilidades como maestra pastelera que en su innegable belleza física.

"El postre que me definiría como repostera serían sin duda las magdalenas de chocolate y plátano. Puedo decir con toda modestia que es una de las mejores recetas del mundo y que nadie me puede superar a la hora de prepararla. Es mi plato más identificativo y, para ser sincera, hay hombres que me han pedido matrimonio tras probarlas", bromeó en una entrevista al diario británico Metro, sin especificar si su futuro marido fue una de las personas que cayó rendida a sus pies al percatarse de sus grandes dotes culinarias.

En realidad, a Scarlett Johansson nunca le ha gustado demasiado abrir las puertas de su ámbito más íntimo al lidiar con el interés de la opinión pública, lo que explica tanto el silencio sepulcral que mantiene sobre los rumores de embarazo -del que sería su primer hijo con Dauriac- como los "terribles" recuerdos que todavía guarda del día en que se filtraron fotos robadas de su teléfono móvil.

"La verdad es que, a medida que me he ido haciendo mayor, me he dado cuenta de que si eres un personaje público, es imposible que trates de actuar como si fueras una persona normal. Muchos actores jóvenes se niegan a renunciar a su estilo de vida por el tema de la popularidad, pero al final todos acabamos haciéndolo porque nos evita quebraderos de cabeza. Yo acepto mi situación y las circunstancias, aunque todavía me acechan esos terribles momentos que viví cuando pincharon mi teléfono", se sinceró.