El actor Sylvester Stallone generó polémica cuando cuestionó lo que él considera “inclusión forzada” en cine. “El contenido políticamente correcto y LGBTQ es una basura que no tiene nada que ver con el género de acción y que solo busca complacer a una minoría ruidosa y ofender a la mayoría silenciosa”, disparó sin pelos en la lengua.

 “No voy a permitir que un montón de madres con mentalidad hippie y sus maridos débiles y sumisos me digan qué puedo o no puedo hacer en mi set con mi equipo… Que se vayan con su ‘despertar’ (wokeness). No lo necesitamos”, alegó mencionando a la llamada “cultura woke”, que el diccionario de la lengua inglesa de Oxford define como. “Estar consciente de temas sociales y políticos, en especial el racismo”.

Stallone no es la primera estrella de cine que pone resistencia a que exista una diversidad bajo una política de cuoteo para ser más “correcto”. También el actor francés Vincent Cassel puso la mirada crítica haca la idea de que el hombre masculino es un estereotipo por una cuestión de corrección política.

“Hoy en día es casi vergonzoso ser masculino -se explayó el actor- (Se nos dice que) hay que ser más femenino, más vulnerable. Pero si los hombres se vuelven demasiado vulnerables y demasiado femeninos, habrá un problema”, aseguró. “Mira lo que está pasando. Instagram y TikTok están llenos de gente que da imágenes falsas. Los hombres deben ser así, las mujeres deben ser así”, disparó.

Sam Elliot, otro veterano actor, conocido por interpretar a varios personajes del Oeste, no disimuló molestia cuando vio la película “El poder del perro”, de la neozelandesa Jane Campion, donde se alude homosexualidad en dos de sus personajes. “Así es como se veían todos estos malditos vaqueros en esa película”, dijo Elliott. “Están corriendo con chaparreras y sin camisa. Hay todas estas alusiones a la homosexualidad a lo largo de la película”, agregó.

“¿Dónde está el western en este western?”, se preguntó. “¿Qué diablos sabe esta mujer (Campion) de allá abajo sobre el Oeste americano? ¿Por qué carajo filmó esta película en Nueva Zelanda y la llamó Montana? ¿Y decir que así fue?”.

“Acabo de llegar de Texas, donde estaba con familias, no con hombres, sino con familias. Familias grandes, largas, extendidas, de múltiples generaciones que se ganaban la vida y sus vidas se trataban de ser vaqueros. Y cuando vi esa (película), pensé, '¿Qué carajo? ¿Dónde estamos en este mundo hoy?'”

Posteriormente el actor pidió disculpas por el tenor de sus palaras, asegurando que no quiso ofender a nadie. Mel Gibson y Clint Eastwood también se han opuesto a éste tipo de líneas preestablecidas que el cine hoy día presenta como nuevos caminos. Incluso en la música algunos artistas han marcado caminos diferentes como el apoyo, aunque discreto, del argentino Andrés Calamaro al partido político de España VOX, o el reciente cuestionamiento de Paul Stanley (Vocalista de Kiss) a la educación de niños con enfoque de género donde disparó:

“Hay una GRAN diferencia entre enseñar a aceptar y normalizar e incluso fomentar la participación en un estilo de vida que confunde a los niños pequeños para que se cuestionen su identificación sexual como si fuera una especie de juego y luego los padres, en algunos casos, lo permiten”.

“Hay individuos que, como adultos, pueden decidir que la reasignación es su opción necesaria, pero convertir esto en un juego o que los padres lo normalicen como una especie de alternativa natural o creer que porque a un niño pequeño le gusta jugar a vestirse con la ropa de su hermana o a una niña con la de su hermano, debemos llevarles pasos más allá por un camino que está muy lejos de la inocencia de lo que están haciendo”.